Ermita las Santitas

5 de agosto de 2018
Km: 62,73
Desnivel en m: 1097
IBP=76

Crónicas del Biker:

Llegamos a otro fin de semana en el que dar una vuelta por los alrededores, así que tras la corta jornada anterior optamos por una ruta más en la línea de nuestras salidas disfrutonas.

Nuestro objetivo es la visita a la ermita de las Santitas, cerca de Castroviejo, que data del siglo XVIII. 

Un recorrido aconsejable realizar en tiempo seco, dadas las condiciones del terreno a partir de la ermita y que por experiencia propia desaconsejamos hacer en días de lluvia.

Seguimos inmersos en la apocalíptica ola de calor que se ha establecido en la peninsula, así que pertrechados con líquido elemento como si fueramos aljibes salimos de la ciudad temprano, rumbo a La Grajera, Antonio y yo.

Comienzo por La Grajera

Ya hay peregrinos andando por el Camino de Santiago, lo normal si se quiere evitar el calor que se supone hará hoy. 

Subimos por las viñas, el terreno está seco y roto, tal como nos encontraremos muchos caminos.

Superada esta pequeña tachuela nos dirigimos hacia Navarrete.

Navarrete

Continuamos tranquilamente por el Camino de Santiago, sobrepasando peregrinos hasta llegar a Ventosa.

Cerca ya de Ventosa

Pasamos por el pueblo, dejando a los peregrinos con su camino, y ponemos rumbo a Santa Coloma.

Ascendiendo, hacia Sta. Coloma

El calor todavía es tolerable, desde que hemos salido hay viento que hace más liviana la sensación de chamusca.

Vista de Ventosa a nuestra derecha mientras subimos una rampa

Nos aproximamos a Santa Coloma, combinando subidas con bajaditas refrigeradoras.

Divisando Santa Coloma

Llegamos al pueblo y lo dejamos atrás buscando la aproximación por el río Yalde a la presa del embalse.

Zona de vegetación, ciclamos a la fresca

Parece una autopista selvática

Paralelos al río Yalde continuamos por la pista hasta el punto por donde bajamos a la base de la presa, para cruzar el río.

Bajada en la que Antonio se hace merecedor del título de grumete del rock garden, tras caer lateralmente como un arbol talado, afortunadamente sin consecuencias funestas.
 

Dejamos el camino para bajar al río

Continuación del camino al otro lado del caudal

Es aqui donde hacemos una breve pausa, para charlar primero con un paseante y cruzar después el río por el camino bajo la presa.

Ya sabemos que nos quedan las últimas cuestas antes de llegar a la ermita, así que sin más demora acometemos el tramo final.

Subida

Fin del ascenso, vemos la ermita además de la mosca chupando cámara

Superadas las rampas finales nos dejamos caer a la ermita, para descansar allí un rato antes de iniciar el regreso.

Zona de manduca

Compartimos el lugar con una selección de cabezas de ganado, también en tareas de alimentación y proseguimos con nuestra ruta pasando tranquilos sin molestar a los animales.

Dejamos el bonito lugar

Poco caso a mi gesto solidario

Atención y asombro ante el paso de Antonio

A partir de la ermita y tras algunas buena rampa de subida, realizamos el descenso hasta Bezares.

El camino está machacado, es en esta parte donde en diás de lluvia nos encontraremos con una verdadera trampa mortal, hoy todo está seco y polvoriento.

Bajando

Decendiendo hacia Bezares

Finalizamos esta bajada y  entramos en el camino que nos llevará a Bezares.

Bezares

Reponemos los bidones en la fuente del pueblo y continuamos en regreso por el camino tradicional que pasa por las curiosas norias de colores.

Noria Yunque del Herrero

Vista atrás, final de las norias

Seguimos ahora hacia Manjarres.

Hacia el area de descanso de Manjarres.

Ya se nota el calor.

Vamos progresando por los caminos direccion a Ventosa, a ratos no sopla en viento y eso hace que sintamos más el calor.

Terreno seco

Tramo donde se puede hacer un bocata de mosquitos

Hasta que llegamos a las proximidades de Ventosa, donde nos plantaremos enseguida tras un rapido descenso.

Entrando en la bajada a Ventosa

Ventosa

Atravesamos de nuevo el pueblo peregrinero y tomando el Camino de Santiago llegamos con rapidez hasta Navarrete, donde el ansia todavía sigue viva y decidimos prolongar el regreso a Logroño por el camino de Judíos.

Tranquilidad en el Camino Judios

De esta manera llegamos a ritmo moderado y charlando hasta Lardero, para dar por terminada la mañana con la satisfacción de haber hecho una buena ruta, sin incidentes reseñables y que hemos alargado un poco más por lo bién que lo hemos pasado.

Logroño

 

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